Desde hace unas semanas, ya ando preparando el temario de este año. Corrientes que hasta ahora habíamos pasado de puntillas sobre ellas, estamos desarrollándolas. Como ejemplo, la Escuela de Palo Alto.
¿Por qué destaco ésta? Pues lejos de ser por sesudos motivos, simplemente me hace gracia el nombre. Ya sé que no tiene nada que ver (lo de Palo Alto se refiere al lugar donde se ubica el principal foco de concentración de autores-investigadores), pero el nombre me hace pensar en lo azaroso del destino.
Si en vez de reunirse en Palo Alto (California), se reunieran en la barriada de Villa Cadáver de Sax (Alicante), ¿también se llamarían Escuela de Villa Cadáver?
En fin, estos tipos dicen cosas interesantes (basándose en el interaccionismo simbólico que es una teoría igualmente sesuda e interesante que viene a decir que todo acto humano y social tiene un significado simbólico y, por lo tanto, constituye un acto de comunicación), pero cuando miras los orígenes, te replanteas lo delgada que es la línea entre la genialidad y la locura.
¿Por qué? Porque esta escuela surgió de estudios psicológicos sobre la esquizofrenia y distintas patologías relacionadas con la comunicación, y dio como resultado una teoría sobre la comunicación interpersonal.
En fin, como dice el gran filósofo de la creatividad publicitaria Pedro: "¿Estamos locos o qué?"
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