Viernes otra vez

Otra vez a las puertas del fin de semana. Los últimos 6-7 fines de semana han sido de locura. Entre viajes, imprevistos, consecuencias de los imprevistos... Y no sólo los fines de semana, sino las mismas semanas en sí.

Una de las cosas que estoy echando en falta durante estos 2 meses es la práctica de mis deportes favoritos: correr y nadar. Bueno, a las malas, he nadado una vez por semana más o menos, pero correr... nada de nada.

Lo peor de esto es que el cuerpo se está acomodando. Ayer tuve la ocasión de ir a correr. A la ocasión añadí la intención. Y al final, la primera excusa que se me pasó por la cabeza fue suficiente para quedarme tirado en el sofá.

Aún así puedo estar contento puesto que este fin de semana iremos a nadar nuevamente (¡¡¡una semana con 2 piscinas!!! Hacía tiempo que no veía una así).

Lo que no sé es cómo lo haré para recuperar el gusto por la carrera. De momento abro el armario, miro las mallas y los aislantes. Ellos me miran a mí. Nos miramos mutúamente y sin mediar palabra nos damos la espalda y cada uno sigue su camino.

Tengo que recuperar la estrategia de fijar objetivos concretos. El primero: antes del martes tengo que salir de nuevo a correr para ver si recuerdo cómo se hacía. Evidentemente para esa "primera" salida no debo cebarme con los 45-60 minutos de antaño. Si consigo llegar sano y salvo a los 30... me daré con un canto en los dientes.

Objetivo final: correr la San Silvestre dignamente y si puedo convencer a mi sobrina para que corra conmigo... mejor. La San Silvestre más antigua y con más tradición de la Comunidad Valenciana es la de Elda y el ambiente es espectacular. El nivel deportivo es alto, muy alto. Pero el componente festivo la hace muy especial. Más de 2.000 personas entre mayores, niños, incluso bebés, disfraces, sin disfraz, ... Digno de vivir.