martes, 25 de noviembre de 2008

Las recetas de la abuela

La vida diaria de las parejas "jóvenes" deja poco tiempo para la cocina. No deseamos renunciar a nuestras actividades extralaborales y éstas, sin remedio, quitan tiempo a las actividades domésticas.

Yo no soy una excepción. Cada tarde, cuando termino de trabajar, tengo una apretada agenda de "obligaciones": clases de inglés, natación, correr,... Cualquier cosa menos meterme en casa (¡¡¡vaya pérdida de tiempo!!!)

Resultado: cuando llego a casa debo (o mejor dicho, debería, porque en realidad Lola se encarga de esta engorrosa tarea) preparar la cena y la comida del día siguiente.

Menos mal que están las madres (futuras abuelas) muy cerca de casa y siempre en el momento justo te llaman ofreciéndote "las sobras" del día. Que menudas sobras, porque si sólo viven 2 personas en su casa, ¿por qué preparan 15 kilos de lentejas? ¿Aprendieron a cocinar con esas proporciones cuando os criaban a tí y a tus herman@s y ya no han sabido adaptarse a las nuevas proporciones?

De hecho, estoy pensando seriamente ser un poco tocapelotas y pinchar a madre y suegra para que se enzarcen en una dura competición para ver quién de las dos me ofrece el mejor menú. Seguro que ellas encantadas y yo... más todavía.

Bueno, pues eso mismo me ocurrió ayer por la noche. Llegaba de mis clases de inglés y me sonó el móvil: "Nene (porque yo soy el nene a pesar de tener casi 36 años como ya dije en otra ocasión) he preparado un poco de tortilla en caldo y te he guardado para que comas mañana".

¡¡¡Dios!!! ¡¡¡Tortilla en caldo!!! ¡¡¡Cuánto tiempo sin probarla!!! ¡¡¡Viva la madre que me parió!!!

Pues bueno, que para envidia de muchos, mi comida de hoy es ésa: tortilla en caldo. La receta de tan exquisito manjar, puesto que hay tantas variantes como madres, os la daré otro día... Mientras tanto, os tendréis que conformar con ver una foto de mi plato principal de hoy...

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