jueves, 27 de noviembre de 2008

Película de atracadores

La banda del Focus se llamaba y llevaba acumulados más de 12 atracos a bancos del sureste español.

Actuaban al estilo más peliculesco que se os pueda imaginar: máscaras, pelucas, gafas, palizas, tiroteos, persecuciones... Uno violento. El otro, más todavía. Uno de gatillo fácil. El otro, de sangre fría.

No sé si su modus operandi lo han obtenido de Le llaman Bodhi o si han llegado a él por sí mismos. Pero de cualquier manera, el resultado está siendo muy negativo: un muerto, dos heridos muy graves y dos heridos.

Lo peor de todo es que esto ha pasado, como quien dice, a cuatro calles de mi casa (literalmente hablando en el caso de los cuñaos).

Tampoco sé si todas las series de forenses, policía científica y demás leches en vinagre nos han hecho un estómago a prueba de bombas.

Lo indudable es que si "los malos" no se han fijado en las películas para ver cómo hacer un atraco, entonces "los buenos" hemos despertado un lado morboso y muy despreciable por la sangre, las vísceras y demás productos de casquería.

Evidentemente no voy a reproducir las fotos en el blog, pero ayer por la tarde, cuando esta noticia saltó a los titulares, en el diario El Mundo recogían una foto de un cuerpo inerte tirado en el suelo. Hasta aquí nada de particular. Estamos cansados (o hartos) de ver esas imágenes todos los días.

Lo que realmente me repugnó fue ver a una persona, vecino de la zona, acercándose para hacer fotos del cuerpo. Dejaremos de lado lo "impermeable" del cordón policial. Pero ¿a quién cojones se le ocurre hacer eso?

Siempre he pensado que la tele u otros medios de comunicación no provocan violencia. Después de ver esto "desde tan cerca", empiezo a pensar que lo que provocan son enfermos, vampiros deseosos de sangre. Por ahí se empieza.

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