martes, 16 de septiembre de 2008

Hoy es el día


16 de septiembre. Mi agenda ya está dando señales de alarma. Esta tarde, si la criatura tiene a bien abrir las piernas y mostrarnos sus atributos, sabremos por fin si es niño o niña.

Realmente estoy nervioso. Muy nervioso. En principio la cuestión no es tan importante. Como todo futuro padre imagino que piensa, lo único que importa es que, sea lo que sea, esté bien, nazca bien y esté san@.

Ahora bien, cuando esta tarde el ginecólogo pronuncie una "o" en vez de una "a" o viceversa, una simple vocal cambiará muchas cosas.

Por ejemplo: ¿pintamos la habitación de azul o la pintamos de rosa? ¿tendré que ponerme al día en cuestión de muñecas o cada año tendré que comprar una miniatura diferente de coches de F1 en función del equipo de Fernando Alonso? ¿llegada la adolescencia, sacaré pecho por las novias de mi niño o trataré de encontrarle pegas a todos los novios de mi niña?

Lo que está decidido, sea niño o sea niña, es que pienso trasvasarle el enorme caudal de conocimientos baloncestísticos que poseo. La única diferencia será si se convierte en el nuevo Pau Gasol o en la nueva Amaya Valdemoro. En cualquier caso, espero que nos retire pronto. Un contrato de 6 millones de € al año, y los padres nos dedicamos a ejercer de agentes/manager de la criatura.

En definitiva, hay tantas consecuencias en función de la vocal que escoja el ginecólogo esta tarde, que no sé si seré capaz de soportar la espera... El misterio y el nombre de mi hereder@ universal, se desvelará mañana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Devuelvo la visita con una enhorabuena.