- Cooperar con el resto (con lo que todos salen ganando, aunque haciendo reparto equitativo),
- No cooperar con el resto, con lo que pueden pasar 2 cosas:
- Que seas el único que no coopera, con lo que tu ganancia es mayor todavía
- Que no seas el único que no coopera, con lo que finalmente pierden todos
La situación está clara, ¿no? En principio, todos los compañeros hablamos de asumir el coste de manera cooperativa. En un segundo momento, algunos ya comienzan a descolgarse con argumentos del tipo "mejor poner dinero cada vez que tomamos un café, y así el que toma menos café no se ve perjudicado por el que toma más" (¡¡¡mentira cochina!!!, porque el que dice eso es precisamente de quien todos desconfían y piensan que será el primero en no poner dinero en la hucha cada vez que tome café).
Si os dáis cuenta, el dilema del prisionero se cumple a la perfección: sabemos que todos ganamos si cooperamos, pero ya hay un intento por parte de un miembro del grupo de lograr mayor beneficio que el resto.
En resumen, o mucho me equivoco, o la cafetera tiene los días contados en la oficina, puesto que todo indica que terminaremos no cooperando ninguno y, por tanto, perdiendo todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario