miércoles, 3 de diciembre de 2008

¡Más cabreao que un mono!


Pues eso. Que estoy más cabreao que un mono. El motivo, por hacerlo más general, diré que es esa especie de ser vivo, aunque está entre lo vegetal y lo mineral (entre maceta y roca durmiente que sólo estorba), que habita en todas las empresas y que se dedica a vivir de lo que hacen los demás.

Sí, sí. Ése en el que todos estáis pensando. En cada sitio recibe un nombre. Al mío, a partir de este momento, lo llamaré Javier, aunque también podría emplear diversos adjetivos calificativos para referirme a él (por supuesto, "no todos" positivos).

Sus cualidades son básicamente las que se recopilan en la siguiente lista:

Sus defectos:

  • No cumple su horario llegando, de media, 45 minutos tarde al trabajo TODOS LOS DÍAS DEL AÑO, sin recibir ningún tipo de reprimenda por ello. Ahora, eso sí, vete tú un día 5 minutos antes porque tienes cita en el dentista...
  • Es el que más sabe de todo, aunque nadie ha conocido un papel escrito suyo cuya autoría pueda otorgársele exclusivamente a él. Es decir, ES EL REY DEL COPIA-PEGA de trabajos de otros compañeros y de Internet.
  • Derivado del anterior, presenta obviedades como si fueran fruto de su gran creatividad y originalidad. ¡¡¡PUAJJ!!!
  • Siempre va al acecho de robar su minuto de gloria a quien sea, cuando sea y como sea. ¿Cómo? Cogiendo tu trabajo, al que llevas dedicado un montón de tiempo, y delante de tu jefe comienza a "hacerte una serie de recomendaciones para mejorar el documento". ¡Qué casualidad!, esas recomendaciones van de lo meramente estético ("cambia arial por helvética, quedará mejor") a lo completamente absurdo ("el punto 2 lo pondría como 3 y el 3 como 2")
  • Siempre trata de imponer sus opiniones en cualquier controversia, por muy absurdas que éstas sean. Debe demostrar que está por encima de todo el mundo y que tiene argumentos para ello. Cuando se desmontan sus argumentos, recurre al siempre socorrido "bueno, yo sólo estoy expresando mi opinión. Tú haz lo que quieras". Vamos a ver, si se supone que sus argumentos convencen, se reconoce y se hace lo que propone. Si sus argumentos no son superiores, lo toma como un ataque personal y repliega velas en plan llorica.

Podría seguir con toda una larga lista complementaria de defectos, de hecho, tengo muchos más en mente, pero creo que con esta breve introducción todos hemos sido capaces de poner una cara al tal "Javier".

En fin, que esta entrada me está sirviendo para desahogarme y además, para pediros que añadáis aquellos defectos que a mí se me pueden haber "olvidado". Objetivo, publica el Perfil del perfecto gandul.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Listillo diria yo.

¿No te ha recomendado usar folios de 90 gramos en vez de 80?

Piensa que puede ser lo siguiente que te diga...

Hay cada personaje suelto por ahi...