viernes, 12 de diciembre de 2008

Hablemos de ocio

Pensánsolo serenamente, me he percatado de la evolución del concepto de ocio a lo largo del tiempo. Y no sólo hablando en terminos personales (cuando eres niño, joven, adulto), sino también entre generaciones.

Mi padre siempre cuenta que él, de pequeño, tenía como juego preferido (y por tanto, como momento de ocio), "cazar gatos a pedradas". Hoy en día, con eso de la conciencia ecológica, los derechos de los animales, etc., mi padre estaría procesado por tortura y asesinato de unos cuantos felinos.

También cuenta que para tener un juguete, sobraba con coger un palo del suelo. El palo era como tener hoy en día un ordenador. Con él podías hacer prácticamente de todo:
  • Simular que vas a caballo
  • Simular que disparas
  • Pegar a una pelota (por supuesto, hecha con cualquier otro material "ecológico")
  • A ver quién lo tira más lejos
  • Etc.
Sin embargo, hoy en día, si no tiene botones y pantalla... parece que no es juguete, ni ocio. La Wii, la Nintendo DS, la PSP, la PS3, el ordenador, el iPod.

Por otro lado, a medida que vamos creciendo en edad, las distracciones y el ocio intergeneracional se van igualando. Tanto mi padre como yo, en nuestra juventud, hemos disfrutado con nuestros amigos en los "guateques" o en los "bailes" (aunque yo prefería llamarlos pubs), de la música de moda y de los cubatitas de turno (más bien cubalitros).

Eso sí, como buen padre (imagino que yo haré lo mismo), el mío niega la mayor. Él jamás ha probado esas bebidas espirituosas que contribuyen a nublar la vista y la razón. ¡¡¡Ya. Yo me lo creo!!! Entonces, ¿con qué gasolina se recorrían a pie larguísimas distancias para llegar a las fiestas del pueblo de turno?

Además, profundizando en la coincidencia, a medida que nos hacemos más mayores todavía, el ocio se entiende de un modo más tranquilo. Ligado fundamentalmente a la mesa. Este fin de semana tengo varios eventos lúdico-festivos y, ¿a qué no adivináis en qué consisten?

Pues sí. Comer. Beber. Seguir comiendo. Continuar bebiendo... y así "hasta el infinito y más allá".

Creo que un recorrido gráfico de la evolución de mi ocio podría ser así:





Si todo sigue su curso, y continúo la senda marcada por mi padre, mi siguiente distracción será...


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