lunes, 15 de diciembre de 2008

Born to be wild

Nacido para ser salvaje.

Este fin de semana hemos tenido reunión de amigos. Uno de ellos nos hablaba de lo que nos espera si nuestro angelito nace con un par de cuernecitos y cola, tal y como afirman que nació el suyo...

Dice que el niño es travieso, pero que además, con mala idea. Un ejemplo: los azulejos de la cocina son blancos y azules. ¿Por qué no igualarlos todos pintando los blancos de color azul también? Menos mal que el instrumento utilizado se pudo borrar fácilmente.

Nosotros vivimos en directo otra de sus travesuras. De hecho, muy parecida al video que dejo colgado. En una acera cualquiera estábamos hablando estos amigos y nosotros. El niño, a su aire. De repente oímos un grito de su madre llamando al niño por su nombre... Pues sí, el niño se había ido a un solar cercano, había cogido el pedrusco más grande que podía cargar y, tomando carrerilla, decidió que sería divertido lanzar ese proyectil a la calle por la que casualmente circulaban muchos coches... Menos mal que no tuvo mucha puntería.

Por si fuera poco, este tipo de niños suelen venir con un defecto de serie: el botón ON-OFF lo suelen tener averiado y siempre está en posición ON. Es imposible que pare ni un instante aunque sean las 3 de la madrugada.

¡La que nos espera! (¿?) O no.


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