martes, 10 de febrero de 2009

Atascaburras

Hace tiempo que no hago referencia a ninguna joya gastronómica, de la tierra o importada, como es el caso, de otros lugares.

Hace unas semanas bromeábamos con la posibilidad de que nuestro bebé tuviera "un antojo" porque este invierno no hemos comido en ninguna ocasión atascaburras. Menos mal que finalmente no ha sido así. Su receta es bien sencilla y muchas veces, lo sencillo es exquisito.

Este plato, propio de las zonas más frías de Albacete y de los días en los que caen copiosas nevadas, parece que es nuevamente apropiado con las nieves recién caídas.

Entre sus virtudes se encuentra la de que, acompañado de un vinito tinto potente, te asegura una larga y placentera siesta de brasero y sofá (para continuar haciendo sofing).

Os explicaría cómo se hace, pero dado que no soy el experto, os he puesto el enlace de arriba, ¿vale? De paso, a ver si la auténtica experta y a la vez abuela de la criatura, recoge el reto y prepara un menú degustación...

Bon apetit.

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