viernes, 13 de junio de 2008

Exámenes


Esta mañana estaba pensando en la ironía que supone ser profe y pasar un examen como alumno. Esta misma semana me he visto en esa situación. He pasado del subidón de adrenalina al esperar mi calificación de la prueba de nivel intermedio de inglés de la EOI y finalmente comprobar que había aprobado, a controlar esta misma mañana el examen de un compañero en la universidad y continuar corrigiendo mis exámenes.
Ambas situaciones tienen su puntillo, pero, sin duda, me quedo con el papel de profe jejeje. Entras al aula y se hace el silencio... Ya no tienes ni que decir nada, todo el mundo cierra sus apuntes y los aleja de su campo de visión. Puedes oler el miedo...
Mientras tanto, tu compañero y tú habláis de planes de verano, del fin de semana, del resultado de una competición interesante (no sé, lanzamiento de azada por ejemplo).
Además, me quedo con este papel no sólo por ese motivo (que alguien podrá pensar que es de ser un poco c...), sino por otros pequeños detalles que a uno le alegran la vida como corregir exámenes jajaja.
Ayer por la noche mismo, sin ir más lejos, corregí 3 exámenes. Uno, bastante bueno. Dos, horrorosos. Pero dentro del horror, siempre hay algo que te hace sonreir (o directamente llorar de risa). Una de esas situaciones se dió ayer. Una pregunta consistía en definir dos corrientes de la sociología. Una posee ciertas raíces de la psicología conductista y de la sociología funcionalista. Pues bien, la respuesta de la persona en cuestión fue que esa corriente se basa en la psicología constructivista (error grave, pero nada más) y en la sociología fundamentalista que se desarrolla gracias a métodos y teorías fundamentalistas.
Está claro, tanto ver la tele no tiene que ser bueno... al final uno termina viendo fundamentalistas por todas partes... jejeje

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