viernes, 29 de agosto de 2008

Se acabó lo bueno


¿Recordáis a Curro de Viajes Halcón? Esta mañana me ha venido a la cabeza esa campaña publicitaria de hace unos años... ¡Qué feliz se le veía! Con sus gafas de buceo, con sus tres mojitos bien preparados encima de la barra...
Eso me ha hecho pensar que lo bueno se acaba por este año. Aunque ya llevo cinco días levantándome a las 7:05 para venir a trabajar, todavía me considero de vacaciones.
¿Por qué? Porque la jornada intensiva me permite llegar a casa sobre las 15:30, comer, tumbarme en el sofá a ver si en la repetición de los juegos olímpicos que hacen en Teledeporte ganamos alguna medalla nueva, etc. En resumen, madrugo, sí, pero por la tarde holgazaneo lo suficiente para cubrir el cupo matutino y vespertino.
Ahora bien, la cosa se está poniendo fea. Hoy es el último día de jornada intensiva. El próximo lunes madrugaré menos, eso es cierto. Pero tendré que quedarme en la oficina delante de un triste táper y de dos tíos (no menos tristes) con la misma cara de deprimidos que yo a la hora de comer.
Jornada de 9:00 a 19:00 ininterrumpida, puesto que aún parando una horita para comer, al no salir de estas cuatro paredes (¡qué cocina tan adorable que literalmente tiene cuatro paredes y ni una sola ventana!), es como si trabajaras todas y cada una de esas 10 horas.
En fin, añoro esas vacaciones de niño. Sí, sí, ésas que empezaban a inicios del mes de junio y terminaban en la segunda quincena de septiembre... ¡Qué tiempos aquellos! Creo que a pesar de esta semanita de adaptación, la depresión postvacacional va a darme fuerte este año... ¡Qué envidia me da Curro!

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