martes, 3 de noviembre de 2009

Menú colesterol


Tras meses de silencio, he decidido retomar mi actividad bloguera. No sé por cuánto tiempo podré continuar con esta labor de introspección y de posterior proyección al exterior, pero intentaré dejarme caer por aquí de vez en cuando para contar cosillas.

Dado que hace tiempo que no incluyo ninguna reseña sobre gastronomía (ni sobre ninguna otra, jejeje), he pensado compartir con vosotros mi última experiencia hipercolesterolémica, a la vez que aprovecho para comentar el choque cultural que se produce en un levantino al viajar 120 km. hacia el interior.

El pasado domingo 1 de noviembre, como es tradición, acudimos a rendir homenaje a los familiares que ya no están con nosotros. En mi familia (biológica) no es habitual este tipo de concentraciones-reuniones. Sin embargo, en mi otra familia (la política), sí lo son, así que nos desplazamos hasta el muy ilustre municipio albaceteño de Pozo Cañada para tal fin y para dar paso, con posterioridad, a la celebración de las I Jornadas Gastronómico-Colesterolémicas de la familia.

Así fue como, llegados al restaurante en Chinchilla, (municipio que tan simpáticas rimas ha inspirado), mi suegro asumió el papel de patriarca de los 14 comensales que allí nos concentrábamos y comenzó a encargar las viandas. Más o menos reproduzco a continuación el menú, y digo más o menos, porque llegado un punto de saturación en la ingesta de cerdo, ya todo me parecía lo mismo y no sabría distinguir ni identificar qué estaba engullendo:

  • Aperitivos: cortezas de cerdo, rabo de cerdo, chusmarro

  • Primer plato: sopa cubierta (con jamón y pollo)

  • Segundo plato: parrillada (guarras, chorizos, morcillas, tajadas de cerdo, lomo adobado, etc.)

  • Postre: pan de Calatrava, tarta de chocolate, tarta de queso, tocino de cielo, etc.
Creo que en estos momentos no soy capaz de recordar todos los aperitivos, porque en aquel momento me parecieron muchos más. Tantos que creí que estaba a punto de salirme la grasa por las orejas...

En fin, tras un menú para campeones, lo mejor que pudimos hacer fue, para bajar ese banquete, subirnos al coche y volver a casa.

En resudmidas cuentas, hay un antes y un después en mi persona: antes pesaba 84 kilos; ahora peso mucho másssssssssss.

Y si queréis saber qué es el chusmarro, pues aquí va una foto...

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